viernes, 6 de marzo de 2009

NO DISCUTIMOS


"A las almas desgarradas por la duda y el negativismo del siglo les intentamos restituir el consuelo de las grandes certezas.
No discutimos a Dios y su virtud; no discutimos la Patria y su Historia; no discutimos la autoridad y su prestigio; no discutimos la familia y su moral; no discutimos la gloria del trabajo y su deber [...]

No discutimos la Patria
, o sea, la Nación en su integridad territorial y moral, en su independencia plena, en su vocación historica [...] Sin recelo colocamos el nacionalismo portugués en la base indestructible del Estado Novo [...]
No discutimos la autoridad. Es un hecho y una necesidad: solo desaparece para reconstituirse, solo se combate para entregarla a otras manos. Es ademas un alto don de la Providencia, porque sin ella no sería posible la vida social ni la civilización humana [...]
No discutimos la familia. En ella nace el hombre, en ella se educan las generaciones, en ella se forma el pequeño mundo de afectos sin el cual el hombre difi­cilmente podri­a vivir. Cuando la familia se deshace, se deshace el hogar, se desatan los lazos de parentesco, y quedan los hombres delante del Estado aislados, extraños, sin protección y moralmente desnudos [...]
No discutimos el trabajo ni como derecho ni como obligación. No lo hacemos como derecho, porque serí­a igual a condenar a los que no tienen mas que sus brazos a morir de hambre; no lo hacemos como obligación, porque serí­a conceder a los ricos el derecho a vivir del trabajo de los pobres. Porque de él se alimenta la vida, porque de él proviene la riqueza de las naciones y porque de él nace la prosperidad de los pueblos, el trabajo es gloria y es honra [...]"

Antonio Oliveira Salazar, discurso de Braga, 28 de mayo de 1936.

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