viernes, 27 de marzo de 2009

MONSTRUOS DEL SIGLO XX . HOY: EDUARD BENES

En este nuevo apartado que hoy presentamos y que iremos actualizando progresivamente con nuevas biografías , nos damos el gustazo de poder tirar dardos contra personajes de nuestra historia reciente que bien se lo merecen. Como bien sabemos desde 1945 hay una Europa maldita y una Europa atlantista portadora de los valores mas loables y edificantes en contraposición a la Europa maligna, la Europa de Drieu La Rochelle, de Mussolini, de Ramiro Ledesma, de Rudolf Hess o de Codreanu por poner unos ejemplos. La historia de nuestras Democracias liberales tiene su piedra de inauguración en la guillotina, y como veremos lideres, politicos y “grandes hombres” que han defendido este sistema como socialistas, liberales, conservadores, centristas, algunos católicos y comunistas por otra parte, aplicaron esta forma de hacer política para someter a sus enemigos, y plantaron la semilla de la “libertad” y la “democracia” a base de decapitar toda oposición. Quizás sea porqué tanto dolor no puede quedar impune, y que las almas que condenaron al ostracismo y que aún se estremecen de dolor por el olvido tan injusto al que fueron arrojadas, nos claman que la verdad salga a la superficie, y que se señale a los verdugos de nuestra Europa. Las personalidades de las que hablaremos aquí son los responsables de autenticos crímenes de guerra y contra la humanidad, son seres que de existir justicia hubieran sufrido la máxima pena por genocidas. Pero en cambio al ser ellos los ganadores, se les glorificó y se les alzó a las alturas, imponiéndonos su nombre como sinónimo de abundantes virtudes. Su impunidad y buen nombre están a punto de desaparecer, desde este blog les quitaremos la máscara a estos monstruos para que así Europa pueda librarse de una ancestral mortaja que la oprime

EDUARD BENES también llamado Edvard Beneš nació en 1884 en Sezimovo Ústí (en el territorio que hoy dia es la República Checa).
En 1914 ya empezó a gestar lo que sería el futuro estado checoslovaco, pues en su conspiración contra el Imperio Austro-Húngaro , él y el oficial Milan Stéfanik y Tomas Masaryk formaron Maffie, un grupo rebelde cuyo objetivo era el inicio de una revuelta subversiva.
En 1916 fué nombrado Secretario General de la Unidad Nacional Checoslovaca, dónde organizó unas legiones de voluntarios para luchar contra las fueras de los Imperios Centrales en la Primera Guerra Mundial.
En 1918, al termino de la Gran Guerra y conseguida la independencia la nación checoeslovaca ( un estado artificial que englobaba dentro de sus fronteras a étnias de muy diversas y diferentes procedencias como checos, eslovacos, polacos, judíos, alemanes, ucranianos, húngaros y otros) se forma el Gobierno de Karel Kramář y Eduard Benes es nombrado Ministro del Exterior, cargo que ocuparía hasta 1935. Ese mismo año fue iniciado en la Francmasonería perteneciendo a la logía Pravda vitézi de la ciudad de Praga.
Durante los años 20 ocupí diferentes cargos en la administración checoeslovaca, hasta el Pacto de Munich el 5 de octubre de 1938, dónde renunció a su cargo y huyó a Reino Unido y después a los Estados Unidos dónde daría clases en la Universidad de Chicago.
Durante la Segunda Guerra Mundial se estableció en Londres, dónde desde allí dirigiría un gobierno checoslovaco en el exilio, dada la ocupación alemana de su país. Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial y consumado su “regreso triunfal” a lo De Gaulle (nunca he entendido como se puede considerar liberador a cobardes como éstos que cuando las cosas se ponen feas abandonan a sus súbditos y se establecen lujosamente en la city, lejos de quebraderos de cabeza), decretaría unas medidas que convirtieron el suelo de su país en una vertedero de sangre y en un infierno para centenares de miles de personas. En el decreto del liberal-demócrata Benes decia textualmente: “Los alemanes y los magiares (húngaros) no son seguros. Es preciso arrebatarles la administración del país y sus bienes personales”. Inmediatamente su maquinaria de la muerte empezó a funcionar con fuertes medidas intimidatorias, como llebar una insignia-distintivo para los alemanes; limitación de las horas para salir de sus domicilios; prohibición de asistir al culto, de caminar por las aceras y de recibir cuidados médicos en los hospitales aparte de que todas las granjas y maquinaria agricola alamana fuéron confiscadas. Exactamente por estos mismos delitos fueron ejecutadas millares de personas en Alemania, incluída su cúpula gubernamental tras Nüremberg pero, en cambio en Checoeslovaquia, fué visto como algo lícito y legal por los vencedores de Yalta. Tampoco tendrán estos miles de infelices ningún Spielberg, ni Polansky que retrate su historia, pues ya se sabe que la historia, la escriben los ganadores, no los que tienen razón.
Benes continuó atizando el fuego de la venganza y en cada ciudad se crearon campos de concentración, donde las humillaciones, vejaciones, palizas, latigazos, intimidación, asesinatos masivos y linchamientos de ciudadanos de étnia alemana fueron practicados sistemáticamente, de forma legal y encubierta por la legalidad e instrucciones del gobierno. En la Checoeslovaquia de Eduard Benes la espiral de violencia fué tan atroz que hablar de cuanto sucedió necesitaría la labor de varios volumenes, pero contaremos algunos pasajes: En el campo de concentración de Hagibor , dónde los 1.200 detenidos repartidos en 4 hangares, eran seleccionadas las mujeres por trabajadoras de la Cruz Roja Checa y llebadas por las noches hacia los soldados rusos que abusaban de ellas de forma butal. Algunas fueron violadas hasta 45 veces en una sola noche. En Iglau ordenaron marchar desnudos por la noche a todos los vecinos, el que se caía era rematado a culatazos, después de 33 km. De marcha de la muerte no habían supervivientes, el resto del pueblo prefierió el suicidio que tal caminata. En el campo de concentración de Freudenthal muchos prisioneros se les enterraba con vida. En Moraska Ostrava las prisioneras embarazadas eran asesinados sus hijos a base de porrazos en el vientre. En el pueblo de Saaz todos sus habitantes fueron ametrallados por una unidad del Ejército checo, murieron 3.000 personas (muchos miles mas que en Lidice o que en Oradour sur Glane, pero claro, estos son muertos de segunda y por tanto desconocidos). En el estadio municipal de Praga, el 18 de Mayo, cinco mil prisioneros de las SS fueron ametrallados. En otros campos obligaban a los presos a comer excrementos de otros presos infectados de disentería. Tal como relataba el Ingeniero Franz Resch en el documento nº 5 del Libro Blanco de los Alemanes Sudetes: “En Bokowitz vi a miles de alemanes, hombres y mujeres, civiles y soldados, e incluso a criaturas de diez años, salvajemente asesinados. Las turbas apalearon a aquellos seres indefensos. Los cuerpos dislocados eran recubiertos de ácido clorhídrico, para aumentar los sufrimientos. Algunos todavía vivían cuando se les cortaron los dedos para arrebatarles sus anillos o alianzas. También vi, en el campo de Kladnow, cómo se vertía alquitrán hirviendo sobre las espaldas desnudas de ciertos internados, tras lo cual se les pegaba con bastones. Yo perdí el riñón derecho a consecuencia de los golpes recibidos.”
Nos negamos a poner mas testimonios de lo que fue aquel baño de sangre, solamente apostrofar estos hechos con el dato del Informe del Comité de Refugiados Sudetes", T. II, pág. 86 que señala que los muertos de étnia alemana como consecuencia de asesinato, deportaciones forzadas y masivas, penurias y brutalidad en los campos de concentración checos ascienden a 425.000 muertos entre civiles y militares, y todo esto, habiendo terminado la guerra, en epoca de libertad democrática.
Simultáneamente el Gobierno checo llebó a cabo gestiones diplomáticas a favor de la Unión Soviética por parte de los EEUU. Pero como el comunismo es el peor aliado que uno puede tener, por oportunista y subversivo, pronto llegarían las advertencias de Moscú para la dimisión de Benes y su alidado politico Masaryk, y se encumbraría al futuro sucesor, el comunista Klement Gottwald tras la victoria comunista en las elecciones para la Asamblea Nacional. Tres años duraría su dócil servilismo hacia los comunistas y mientras duró la espera de si dimitían o no ante la presión comunista, sucedieron en pocos dias dos hechos simultáneos: Jan Masaryk (mano derecha de Benes) sufrió un raro accidente al caer por la ventana de su despacho. Eduard Benes dejaba este mundo de un oportuno ataque al corazón. A veces incluso el demonio tiene rivales mas venenosos. Y este hombre es hoy dia encumbrado como el Padre de la Republica Checoeslovaca, como un paneuropeísta convencido, ya que fue uno de los artífices ideológicos de nuestra Comunidad Económica Europea y como un gran politico de la Democracia, aliado de Roosevelt y de Churchill. De sus crímenes nadie parece recordar, ni tampoco es menester de abrir la caja de los truenos para revisar la historia, pues los quehaceres oscuros de un hombre del Stablishment, del Sistema, no preocupan, ni venden, ni pueden ser nada buenos para los que en nombre del Libre Mercado y de la Democracia lleban décadas sometiendo a medio planeta con la fuerza de las armas y la opresión criminal.
Y como suele ser por desgracia habitual en nuestros dias, este personaje tiene en el centro de Praga un monumento.
¡ Ay de aquellos que a lo bueno lo llaman malo y a lo malo lo llaman bueno!
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