La crisis frena la inmigración en los países desarrollados
La inmigración masiva hacia los países desarrollados, que ha crecido de forma sostenida en las tres últimas décadas, está empezando a frenarse a causa de la crisis económica.
01-07-2009 - Así lo pone de manifiesto el último informe sobre las Perspectivas de las migraciones internacionales hecho público ayer en París por la OCDE, que constata un notable parón en aquellos países - como España-donde la recesión empezó a acusarse antes.Los datos recogidos por la OCDE - que agrupa a los 30 países más desarrollados del planeta-constatan un claro frenazo migratorio en el puñado de países más expuestos a la contracción económica: en Estados Unidos, el número de visados de trabajo temporal bajó en el 2008 un 16% respecto al año anterior, mientras en el Reino Unido, en el primer trimestre de este año, las nuevas demandas de trabajadores extranjeros han disminuido un 54% y en Irlanda hubo en el mismo periodo una caída del 57% de la inscripción en la Seguridad Social de trabajadores procedentes de los 12 estados nuevos de la UE.En España, que sigue la misma línea, las nuevas entradas de trabajadores extranjeros en el sistema general ha bajado asimismo entre el 2007 y el 2008 un 31,5% (de 200.000 a 137.000). En Catalunya, la comunidad autónoma que concentra el mayor número de residentes extranjeros, las demandas de permiso a todos los niveles (de primer trabajo, renovación, reagrupamiento familiar) bajaron el año pasado un 15%, mientras los permisos de trabajo concedidos por primera vez disminuyeron de 58.800 a 42.300 (de noviembre a noviembre)Esta contracción, según la OCDE, se debe más a la contención de los emigrantes que a las limitaciones en los países receptores. Pero el frenazo no implica, sin embargo, una disminución de su número, dados los escasos retornos y la permanencia clandestina de aquellos a quienes se les acaba el permiso.España merece una atención especial en el informe de la OCDE, en el que se destaca con preocupación la diferencia abismal - muy superior a la de otros países-que hay entre la tasa de paro de los trabajadores españoles (15,2% en el primer trimestre de este año) y la de los extranjeros (27,1%). "El impacto es mayor en España porque los inmigrantes están sobrerrepresentados en los sectores que más han sufrido la crisis: la construcción, la hostelería y el turismo", dijo el secretario general de la OCDE, ÁngelGurría.La decisión del Gobierno español de promover el retorno de los inmigrantes a sus países de origen - como se ha hecho también en Japón o la República Checa-no levanta un gran entusiasmo en la OCDE, que la considera una medida de impacto limitado: a mediados de marzo sólo se habían apuntado 4.000 personas, sobre unas expectativas de 80.000. "La gente se ha afincado con sus familias, muchos tienen seguro de paro y prefieren esperar a que la economía remonte", argumentó Gurría, que instó al Gobierno a ocuparse de los que se han quedado en paro: "La economía española se ha beneficiado mucho de los inmigrantes, ahora habrá que echar una mano".
No todo podían ser malas noticias, y por lo que se ve, el paro no solo es una sangría contra los trabajadores españoles y europeos, sinó que también es un gran acicate que impide de momento que se regenere el flujo inmigratorio de forma masiva. Aunque, la noticia no es buena del todo, pues aunque no vienen tantos, los que se quedan tampoco se van, pues es una minoría marginal los que se han ido, y los que se quedan (la inmensa mayoría) están pasando a engrandecer aún mas la lista de parados.
Consecuencias: Fatales. Los trabajos en los que la inmigración solía estar mas integrada, como son los servicios, la construcción y la hostelería están de capa caída total, y la ocasión de que se integren en otros campos laborales es nula. Por tanto con un numero creciente de parados, el desembolso de las arcas del Estado para garantizar una cobertura social y mensual de dinero para una masa tan basta de gente puede ser una ruína si la crisis se sigue prolongando. Los cientos de miles (quizás millones) de inmigrantes ilegales que están en España y que tampoco piensan irse no vivirán del aire, aquí no solo es el Estado quien deberán dar el aguinaldo sinó los centros de acogida y organizaciones humanitarias que ya están colapsadas, ayudas para miles de personas que ni trabajan, ni nunca han cotizado, el espectáculo puede ser dantesco.
Y por último el terreno de la delincuencia. Millones de extranjeros sin subsidio o con un subsidio mínimo, sin trabajo y sin un horizonte que invite al entusiasmo,son una masa potencial de cara ante una situación desesperada que puede delinquir de forma masiva. No es ningún secreto que ante la perspectiva palpable de hambre, desempleo perenne, frustración y precariedad a raudales, los números para que la delincuencia suba como la espuma son muy grandes, y aquí no entra solo la opción del crimen organizado sinó la propia revuelta, como ha pasado en Francia en las Banlieues y en otras partes.
Crudo para todos.
miércoles, 1 de julio de 2009
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